Creo que cada chileno es un poeta, mi padre Mario René lo fue, siempre componiendo, siempre buscando la rima, por abajo, por el lado, por encima, hasta encontrar su «Nina».
Estoy seguro que venía en mis genes el deseo de escribir, a veces también con rima, a veces con imaginación, la pluma, la mente, pero siempre el corazón.